Introducción

 

 

La adquisición del lenguaje es uno de los más importantes tópicos en la ciencia cognitiva. Todas las teorías sobre la cognición han intentado explicarlo; probablemente, ningún otro tópico ha suscitado tanta controversia ni tan fuertes pasiones Pinker (1990, p. 199).

 

 

La adquisición del lenguaje constituye un tema de estudio apasionante abordado por un buen número de disciplinas provenientes de muy diversos campos (psicología, antropología, lingüística, inteligencia artificial, etc.). Ello se debe, en parte, a que dichas disciplinas se enfrentan a uno de los hechos más sorprendentes de nuestra especie: cómo en un tiempo relativamente corto, y sin necesidad de lecciones formales, los niños son capaces de comunicar ideas, sentimientos, actitudes, etc., así como de participar exitosamente en un sinfín de intercambios comunicativos y con diferentes propósitos. Pero la adquisición del lenguaje no es sólo un tema de estudio apasionante por derecho propio. También lo es porque, como acertadamente señala Pinker (1990) y como podremos apreciar a lo largo de la presente obra, su estudio científico permite buscar respuestas concretas a cuestiones teóricas importantes de la ciencia cognitiva tales como la modularidad de la mente, la singularidad de lo humano, la relación entre pensamiento y lenguaje y la interacción entre herencia y medio. Por último, hay que destacar su importancia desde el punto de vista práctico, en la medida en que el conocimiento de los mecanismos y factores que explican el desarrollo del lenguaje nos permite intervenir de una manera fundamentada en aquellos casos en que el lenguaje no se desarrolla normalmente (más adelante volvemos sobre este tema).

 

Pese a ello, en nuestro conocimiento, apenas si existen en nuestra lengua manuales actualizados que traten con un mínimo de profundidad y extensión este campo de estudio. En este sentido, uno de nuestros objetivos es rellenar este vacío teórico en una lengua que, como la castellana, representa una de las de mayor implantación en el mundo y que, además, sigue en expansión. Desde esta perspectiva, pretendemos ofrecer un marco teórico actualizado a todos aquellos investigadores, estudiosos, profesionales del campo de la intervención en el lenguaje, así como a todas aquellas personas que desde muy diversos campos estén interesadas en el tema.

 

Por otro lado, creemos que el presente trabajo representa una herramienta imprescindible como apoyo a la docencia de todas aquellas asignaturas que aborden de uno u otro modo la adquisición / desarrollo del lenguaje. Y esto por dos razones principales. En primer lugar, porque presenta de una manera clara los distintos problemas que plantean desde un punto de vista evolutivo cada uno de los componentes del lenguaje. Ello constituye un paso necesario para comenzar a comprender cualquier área de estudio. En segundo lugar, la orientación de la obra permite complementar desde el punto de vista de la discusión teórica los datos descriptivos del desarrollo del lenguaje que, de otro modo, carecerían de sentido.

 

El lenguaje como un fenómeno complejo: estructura de la obra.

 

     El lenguaje es una realidad compleja y pluridimensional, un problema heterogéneo en la terminología de Maratsos (1998), que es difícil definir de una manera sencilla. Esta complejidad se ve aumentada en el caso de la adquisición del lenguaje pues, a los problemas que plantea en sí mismo el estudio del lenguaje, hay que añadir los de un sistema en evolución.

     Esta complejidad se ve reflejada claramente en el estado actual de este campo de estudio, un campo en el que podemos apreciar una enorme proliferación de teorías y modelos que lejos de disminuir siguen yendo en aumento, así como la existencia de una separación entre los diferentes grupos de investigadores, cada uno de ellos comprometido con su aproximación teórica particular y lo que es peor, con escasa comunicación entre sí. Las cuestiones que se plantean, los debates que se suscitan y los conceptos teóricos que se emplean son en muchas ocasiones completamente diferentes. Realmente, vivimos en una era de alta especialización en la que no dejan de surgir miniteorías específicamente construidas para el estudio de fenómenos muy concretos. Esto hace que el campo se nos presente en cierto modo como inabordable. De hecho, como llega a afirmar Berko (1997): “El estudio del desarrollo del lenguaje ha crecido tan rápidamente en los últimos años que actualmente existen numerosos tópicos con un alto grado de especialización, y es difícil que una persona sea experta en todas las áreas de este campo que, además, sigue en expansión” (prefacio, pp. vii-viii).

     Pese a ello, la situación descrita no tiene que ser vista necesariamente como algo negativo. En última instancia, el alto grado de debate y discusión entre los diferentes investigadores es un claro índice de que nos encontramos ante un campo vivo y saludable. Pero sí supone un reto y una dificultad añadida a la hora de delimitar conceptualmente el tema.

     Una forma de dar una cierta coherencia al campo y comenzar a dar a respuesta a su enorme complejidad es reconocer el carácter heterogéneo del lenguaje y considerar los distintos componentes que lo constituyen. En efecto, cada uno de esos componentes plantea su propia problemática, implicando distintos tipos de conocimiento y, en muchas ocasiones, diferentes mecanismos de adquisición. En este sentido, parece lógico considerarlos por separado.

     Esta es la orientación que hemos adoptado en esta obra. De este modo, a lo largo de los diferentes capítulos, intentamos mostrar la problemática que plantea cada uno de los componentes del lenguaje desde el punto de vista evolutivo, los tópicos de investigación más relevantes suscitados en torno a esta problemática, así como los mecanismos y factores que han sido propuestos para dar una respuesta a la misma. Sin duda, el asunto más polémico es el de la selección de los tópicos de investigación; el criterio de relevancia puede variar entre investigadores. Para evitar esta dificultad, hemos intentado escoger aquellos temas que han suscitado una mayor investigación y / o polémica.

     Analizar los distintos componentes desde esta perspectiva no sólo es importante para la delimitación conceptual del tema, sino que también tiene otras ventajas. Por un lado, nos ayuda a seleccionar los contenidos que pueden ser más relevantes para el lector no experto. Por otro lado, es importante de cara a los profesionales de la intervención en el lenguaje. En efecto, conocer los problemas concretos que plantean los distintos componentes del lenguaje desde el punto de vista evolutivo, así como los mecanismos y factores que explican el desarrollo lingüístico constituyen una herramienta de incalculable valor a la hora de planificar programas de intervención. En particular, estos mecanismos y factores suponen una inestimable fuente de hipótesis para llevar a cabo una intervención fundamentada. Obviamente, en nuestro estado actual de conocimientos, muchos de estos mecanismos están por descubrir de un modo definitivo. En ese sentido, debemos infundir en esos profesionales la necesidad de estar al día por lo que respecta a las investigaciones que se van sucediendo.

     Las aportaciones de la presente obra no acaban ahí. La descripción del curso del desarrollo lingüístico y mecanismos que lo explican no sólo son válidos para la intervención, sino también para la prevención y promoción del desarrollo lingüístico (ver Galeote y Checa, 1996). De este modo, estaremos poniendo a disposición de los profesionales de intervención unas herramientas básicas para la prevención, evaluación e intervención. En última instancia, estaremos uniendo teoría y práctica.

 

Algunas precisiones finales

 

     Por último, nos gustaría realizar algunas consideraciones sobre algunos aspectos que se podrán echar en falta. Uno de ellos es el no haber dedicado un apartado específico a las distintas teorías que intentan explicar el desarrollo/adquisición del lenguaje, así como a su evolución histórica. Pero la razón es sencilla: no existe una teoría general sobre el desarrollo del lenguaje que tenga en cuenta sus distintos componentes (Bohannon y Bonvillian, 1997). De hecho, cuando analizamos los capítulos de libros que supuestamente se dedican específicamente a este aspecto, pronto nos percatamos de que lo que se está exponiendo no son sino las teorías sobre el desarrollo gramatical. Sin duda, esto refleja un hecho por lo que respecta a la investigación sobre el desarrollo del lenguaje: la preocupación de los investigadores por explicar el desarrollo gramatical, uno de los núcleos duros de la materia. Pero ello no quiere decir que en el resto de componentes no se hayan propuesto sus correspondientes teorías. En este sentido, en la presente obra hemos optado por exponer las distintas teorías que intentan explicar cada uno de los componentes del lenguaje y, en ocasiones, las miniteorías desarrolladas para tópicos más concretos. Además, dichas teorías suelen aparecer en un orden cronológico, por lo que también abordamos la historia del campo desde cada uno de los componentes.

     Se puede echar en falta también un apartado dedicado a la metodología más usualmente empleada en el campo. A este respecto, hay que decir que la Psicología del Desarrollo y Adquisición del Lenguaje no representa en principio ninguna novedad, sirviéndose de los mismos métodos (observacional, correlacional, experimental, etc.) y diseños (temporales) que el resto de la psicología evolutiva. Pero donde sí existen grandes diferencias es en los paradigmas y procedimientos experimentales concretos empleados. Estos paradigmas y procedimientos, además, son muy diferentes tanto inter como intra-componentes del lenguaje. Muchos de ellos son expuestos a lo largo de toda la obra.

     Por último, también se podrá echar en falta un capítulo o apartado dedicado en exclusiva a exponer mi visión personal respecto al problema de la adquisición del lenguaje. Su ausencia no es gratuita. Este hecho se justifica si tenemos en cuenta que, dado el estado actual de la cuestión, tal apartado no contendría sino principalmente mis preferencias. Pero la ciencia no es una cuestión de preferencias. La ciencia es una cuestión de hechos empíricos, aunque éstos se vean a veces matizados por nuestras preferencias personales y científicas. Pese a ello, como podrá comprobarse, la presente obra se ha enfocado desde una perspectiva eminentemente crítica, habiéndose hecho un esfuerzo por abordar las distintas problemáticas que plantea cada uno de los componentes del lenguaje, así como por apuntar a una serie de directrices para la investigación futura allí donde ha sido posible. Mi sello personal podrá contemplarse claramente en estos momentos.