PROPUESTA
FILOSÓFICA:
No es mi filosofía tanto una propuesta doctrinal, cuanto la
propuesta de una tarea: la del autotrascendimiento.
Autotrascenderse es ejercer la actividad trascendedora de
nuestra inteligencia incluso por encima de nuestro propio
inteligir. Esta propuesta se inscribe dentro del método del
abandono del límite mental propuesto por mi maestro
Leonardo
Polo,
pero formulándolo dentro de la tradición filosófica
agustiniana y prolongando dicho abandono hasta un
trascendimiento del propio entender humano tal que nos abra
el orden de los trascendentales.
El núcleo de mi aportación es el descubrimiento del dar
como actividad trascendental que al comunicarse ni se
pierde ni hace perder nada. Según esto, autotrascenderse no
es perderse ni quedarse atrás, sino darse
trascendentalmente, dejando traslucir el propio ser y
entender desde más allá de ellos. El rendimiento propio del
autotrascendimiento como dar(se) es la interna conveniencia
de sus hallazgos entre sí y con la realidad, es decir: la
congruencia, que es el signo y requisito más alto de la
verdad, muy por encima de la mera no contradicción, o mera
pensabilidad.
Precisamente por razón de congruencia hablo de propuesta y
no de doctrina filosófica, porque el autotrascendimiento y
el dar son ejercicios de la libertad. En primer lugar, no
se trata tanto de convencer o demostrar, cuanto de buscar
la verdad y proponer los resultados hallados a la libertad
de los que buscan filosófica o puramente la verdad. Además,
la propuesta es una forma de donación que no rechaza otras
propuestas, por lo que permite adscribirse a una tradición,
más aún, entiende la filosofía como una tradición dentro de
la cual se enrola para hacer congruente los legados
precedentes y para servir a futuros desarrollos mejores que
los propios. No implica eso que considere mis
averiguaciones como falsas o perecederas, sino como mejora
de otras precedentes y como ilimitadamente mejorables por
futuros filósofos.
Según los datos precedentes, mi propuesta filosófica puede
ser descrita como una filosofía trascendental, en atención
a su método, como una filosofía del dar, en atención a su
descubrimiento, o como una filosofía de la congruencia, en
atención a los resultados de su método.