Rafael
Durán Muñoz
¿Cabe un telepanfletario más sesgado, bochornoso, indignante y dañino que los de sobremesa y prime time con que nos obsequió TVE el día de la huelga general del 20-J? Lo ocurrido va a más allá de todo decálogo de profesionalidad periodística. Asistimos a una permanente agresión a nuestra democracia por parte de quienes la han de fortalecer. La democracia no es sólo forma, sino también ética y pedagogía, pero incluso la forma está siendo violada. Los ciudadanos tenemos el derecho a elegir el o los medios de comunicación por los que nos queremos informar. La televisión pública, tanto más la pública, tiene el deber de acatar la Constitución, e informar con veracidad y haciéndose eco del pluralismo (art.20). A falta de vergüenza política y de respeto a la ciudadanía, tal vez sea hora de que la Justicia sancione el uso fraudulento que de TVE hacen los responsables de confianza del PP que la dirigen. Es obvio que el Parlamento ha dejado de ser la instancia adecuada.
(Publicado en El País, domingo
23-6-02/Cartas al Director)